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Vulnerabilidad

Por razones etimológicas la vulnerabilidad es la capacidad de que nos causen daños, heridas. Vulnerables son aquellos en absoluta predisposición para ser heridos moral o físicamente. ¿Predisposición? Pues sí. La vulnerabilidad es un síntoma que se incrementa a medida que se muestra. Cuanto más vulnerables seamos cara a la galería, más castigo recibiremos. Así de crudo, así de verdad. La vulnerabilidad no genera piedad. La vulnerabilidad no resuelve. La vulnerabilidad es  incertidumbre. La vulnerabilidad es riesgo de futuro incierto.

¿Somos o nos hacemos vulnerables?

Simon Birch, protagonista de la adaptación cinematográfica de la novela de John Irving “Una oración para Owen” titulada el Inolvidable Simon Birch sufre una rara enfermedad que dificulta su crecimiento. Simon no es un niño como los demás. Sus padres lo maltratan por su aspecto y la violencia emocional se hace extensible al resto de niños de su colegio y de adultos de la comunidad donde vive.

Simon Birch no recibe piedad, no tiene futuro, puede perder la vida sin conocer su adolescencia, está enfermo y se muere. Pero eso no importa. Ni teme la vida ni teme la muerte. Simon entiende que nadie nace por casualidad y su motivación está en la creencia religiosa que Dios tiene un plan para todos los nacidos. Su salvavidas es este y se aferra tan fuerte que a pesar de sus padres, a pesar de los demás, Simon nunca se creerá miserable, inútil, torpe, inservible.

Durante un trágico accidente, Simon pierde la vida después de salvar la de otros niños. Su tamaño diminuto será clave para convertirse en eso que llamamos héroe. Resulta paradójico que aquellos que se burlaban, después lo conviertan en héroe. Simon no era vulnerable. Simon era fuerte a pesar de su aspecto, su fuerza le había permitido sobrevivir al rechazo, al maltrato, a las burlas, a la discapacidad para sufrir daño.

Me pregunto qué ganancia tienen aquellos que salpican sobre otros con sus malintencionadas comentarios o acciones. Me refiero a aquellos que disfrutan debilitando a los demás con su menosprecio o violencia. Me temo que no solo se trata de potenciar la vulnerabilidad en los demás, creo que su castigo no es para los otros, el castigo está en ellos mismos. No saben entenderse, no saben quererse, se rechazan sin medida y esconden la fragilidad que ellos mismos pretenden crear en los que los observan. Eso es. Se sienten observados. Se sienten juzgados y no quieren exponer su debilidad. Mejor castigar a los demás, mejor enfermar a los demás. Ellos no tienen cura. Es mejor intentar contagiar a los demás.

Educar para respetar

Los secundarios de la película El inolvidable Simon Birch tienen un papel protagonista como educadores para incentivar el respeto. Todos deberían respetar lo que representa este niño enfermo. Todos debemos respetar a los niños y adultos enfermos, a los niños y  adultos que nacen o se hacen vulnerables. Educación para el respeto a las malformaciones, a los defectos, debilidades físicas o psíquicas. Esto no es algo evidente. La ficción y la realidad nos muestran y demuestran que la educación para el respeto tiene carencias visibles en la práctica. .Los insultos, reproches, desaires, burlas, menosprecios no deberían aceptarse ni en público ni en privado. No olvidemos reforzar esta necesidad educativa cuya carencia tiene graves consecuencias sociales.

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